César Abraham Vallejo Mendoza. Santiago de Chuco (Perù), 16 marzo 1892 – Parigi, 15 aprile 1938
A mio fratello Miguel
In memoria
Fratello, oggi sto sulla panca di casa,
dove ci manchi senza fine!
Ricordo che giocavamo a quest’ora, e che mamma
ci accarezzava: «Via figlioli… »
Adesso io mi nascondo,
come allora, tutte queste preghiere
vespertine, e spero che tu non mi trovi.
Nel salotto, l’ingresso, i corridoi.
Poi ti nascondi tu, e io non ti trovo.
Ricordo che piangevamo,
fratellino, a quel gioco.
Miguel, ti nascondesti
una notte d’agosto, all’albeggiare;
ma, invece di nasconderti ridendo, eri triste.
E il tuo cuore gemello di quelle sere
estinte, s’è stancato di non trovarti. E già
cade ombra nell’anima.
Senti fratello, non tardare
a venir fuori. Capito? Può inquietarsi la mamma.
da « Los heraldos negros » (1918)
A mi hermano Miguel
In memoriam
Hermano, hoy estoy en el poyo de la casa,
¡donde nos haces una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: « Pero, hijos… ».
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
una noche de Agosto, al alborear;
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.
Oye, hermano, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.